martes, 3 de agosto de 2010

Un alarido silencioso de oxígeno



El bostezo y sus contagios:


El contagio del bostezo, casi exclusivo del ser humano y algunos primates, es una forma de comunicación vinculada con la empatía. Dejarse llevar por este gesto es, un signo inequívoco de una mayor capacidad para reconocer y comprender emociones ajenas. Las personas empáticas bostezan tres veces más. El contagio es aún más frecuente entre individuos afines socialmente.

  • Bostezamos, de manera apenas consciente, unas 250.000 veces a lo largo de nuestra vida.
  • Los bebes se estrenan en el vientre materno a partir de la semana 12 ó 14 de gestación, revela su buen desarrollo pulmonar.
  • Todos los vertebrados lo hacen, exceptuando la jirafa y la ballena.
  • Tres momentos claves:
    - Por la mañana, al despertarse
    - A mediodía, inmediatamente después de la comida.
    - Por la noche, antes de dormir.

En conclusión es inevitable no bostezar, independientemente que hayamos dormido las horas suficientes.

¿Por qué bostezamos?

El bostezo permite aumentar el estado de alerta o atención, o pasar del aburrimiento a la acción.
El bostezo quizá pueda tener una carga sexual muy fuerte. Por ejemplo, en los macacos el macho dominante condicionado por los niveles de testosterona, bosteza antes y después de aparearse. La castración, que le hace perder su estatus de animal preeminente, aplaca el bostezo.
El bostezo lo causa la falta de oxígeno, e incita a abrir la boca para restaurar las cantidades mínimas.
Podemos observar algunos ejemplos que muestran para que sirve abrir la boca:

1- Al volante: el conductor contrarresta los niveles de estrés, que le genera la atención permanente.
2- Desemperezándonos: bostezo con estiramiento incluido, libera endorfinas, lo que provoca sensación de bienestar muy estimulante.
3- Cuando el hambre acucia: el ser humano conserva el bostezo como vestigio de sus antepasados cuando mantenían sus instintos alerta para la caza.
4- Una clase de matemáticas: se ha registrado un número mayor de bostezos en los 15 minutos previos a la clase de matemáticas, asignatura que exige una atención especial.

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