domingo, 22 de agosto de 2010

El enchufismo, hoy llamado networking


-"Yo ni me preocupo, el puesto ya es mio".



NETWORKING:


En algún momento de la vida todo el mundo utiliza el viejo y no menos conocido método del enchufe… para conseguir un puesto de trabajo. De hecho, es posible que ésta sea a salida más segura al comienzo de la vida laboral. Las cifras así lo avalan.
Según un estudio realizado por la Universidad de la Rioja en 2007 el 23% de los estudiantes recién licenciados confesó haber encontrado trabajo gracias a una llamada adecuada a tiempo.
El aval de un conocido común es muchas veces el recurso más eficaz que tienen las empresas.
En el mercado de trabajo en España se hace así. En EE.UU no pasa eso.
El éxito de los enchufes parece dispararse en la capital de España. Según un estudio de la consultora Alta Gestión revelaba que el 47% de los jóvenes madrileños conseguía sus primeros empleos mediante recomendaciones: de estas, el 23% procedi de un familiar y el 24%, de un amiguete.
También aquí entran en juego las redes sociales.
En el mundo económico, el enchufismo ha cobrado un rango nuevo: networking. “Lo realmente importante es que los jóvenes establezcan redes de contacto para abrir una puerta a futuras oportunidades”. Según un artículo del periódico Cinco Días.
“Las referencias son importantes, eso significa que hay gente fiable que te conoce” afirma el profesor Pin.
El favoritismo se ha profesionalizado y ahora existen empresas que se dedican a enchufar ejecutivos cn garantía: son los cazatalentos. Son contratados por las empresas para cubrir un puesto en un área determinada. Si el elegido falla antes de seis meses la empresa tiene derecho a arrepentirse y que se lo sustituyan por otro, sin coste adicional.
Primero se estudia su CV, luego se realiza la entrevista personal y, por último, se echa mano de las referencias. En este últmo caso, entre dos candidatos iguales siempre vencerá el que tenga mejores recomendaciones.
Los enchufes a escala pública y estatal
En las altas esferas públicas, (secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales y hasta jefes de muchos departamentos) no entran por oposiciones, sino que están reservados al partido que gane las selecciones.
Y aquí, impera el sentido de la tribu: yo coloco a los míos y tú a los tuyos. En el fondo estamos movidos por instintos tribales.
No nos engañemos: lo que los partidos hacen a gran escala – favorecer a los suyos cuando llegan al poder-, es exactamente el mism proceso que hacemos nosotros en nuestra pequeña escala cotidiana.




Darwin lo rebautizó como reciprocidad, refiriéndose así a una especia de contrato social basado en el intercambio de favores y decía que era una forma natural de mantener los vínculos sociales.

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