jueves, 5 de agosto de 2010

"Actitudes imperceptibles"



Existen algunas actitudes que son prácticamente imperceptibles, pero que sin embargo, están ahí y existen, hablas de los “micromachismos”, actitudes que empiezan a mostrarse desde edad temprana.
El libro The Phychology of Sex Differeces, demuestran que tratamos de manera diferente a los bebés según su tipo de sexo.
Maccoby y Jacklin citan un trabajo realizado en una guardaría. En este trabajo muestran que cuando un niño hacía algo, las cuidadoras le atendían en un 74% de los casos, sin embargo esta cifra se reduce al 18% si es en el sexo apuesto.
Al preguntarles por su conducta, estas confesaron que no eran conscientes de ningún tipo de discriminación. Este seguimiento ponía de manifiesto también hasta qué punto estos micromachismos pueden ser independientes e inconscientes.

En 1974, Jeffrey Rubin, Frank Provenzano y Zella Luria, psicóloga de la Tufts University, los progenitores mostraban que deseaban de sus hijos desde el principio en función de su sexo, describían a las niñas recién nacidas como finas, bonitas, delicadas y débiles; y de los niños robustos y ordinarios. Estos hechos reflejaban solo los deseos y expectativas de los padres, más que las características reales.



En 1991, los investigadores, David Rommey y Hugh Lytton, señalan por ejemplo, que si durante un juego un niño sufre una lesión, sus compañer@s continuán con la actividad, por el contrario si le ocurre a una niña, sus compañer@s paran la actividad y asisten a la amiga herida.

Otro caso destacado, es el caso del lenguaje, ejemplos de cómo esta clasificación va tejiendo un esquema. Los transportes grandes y veloces, como el avión o el tren, son masculinas, por el contrario, transportes como la avioneta o la bicicleta, son más lentos y pequeños.
George Lakoff (especializado en lingüística), ha realizado múltiples investigaciones y muestran que el habla de ellos, es habitualmente más firme y frontal que el de ellas, ellas, en general ellas, preguntan poco cuando hablan y no persiguen el retroalimento del interlocutor, además las mujeres acaban más sus frases con un interrogante.

Otro dato interesante descubierto por , Pamela Fishman, de la Universidad de California, en Santa Bárbara es que las mujeres suelen recurrir a técnicas indirectas y utilizan frecuentemente tonos más cariñosos, el hombre manifiesta lo que quiere de forma directa.
Fishman también encontró que en una conversación normal, los temas protagonistas, son por lo general, introducidos por el hombre.

Las mujeres a diferencia de ellos, soportan el rugir de sus parejas (ronquidos) e intentan cesar el sonido con un suave golpecillo sin desvelarles. La comunicación no verbal está llena de estos micromachismos, ejemplos:
- Los hombres tocan más a las mujeres.
- Ellas sonríen más a menudo que ellos, incluso cuando quieren transmitir sensación de firmeza.

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